LA CREACIÓN EN LA MITOLOGÍA, LOS JEROGLIFOS Y LA ICONOGRAFÍA
Las
historias mayas de la Creación se conocen a través de: a) el libro
llamado Popol-Vuh, b) los relatos iconográficos y los textos
jeroglíficos cifrados en el arte, c) algunos textos coloniales y d) las
manifestaciones actuales de esa tradición. Todos ellos están
relacionados y los diversos relatos presentan una consistencia básica
común.
Es
Popol Vuh es un texto que fue escrito en lengua quiché con caracteres
latinos alrededor del 1550-1555, y es sin duda una copia de algún texto
mucho más antiguo.
Las
representaciones iconográficas de los mitos ahí contenidos, se hallan
grabadas desde la época preclásica en los relieves de algunos monumentos
de Izapa, un centro ceremonial en lo que hoy es el estado de Chiapas,
en donde se registra el tránsito de la cultural olmeca a la propiamente
maya, y que se desarrolló entre el siglo XV A.C. y el primer siglo D.C.
Para
conocer los eventos que dieron lugar a esta creación, tomaremos el
camino que nos abren las palabras del Popol Vuh, así como los relatos
iconográficos y los textos jeroglíficos que registraron en el arte los
gobernantes de la época clásica.
Antes de iniciar el relato de la Creación, en el Popol Vuh se dice que “existía el libro original, escrito antiguamente, pero el que lo lee y estudia, está oculto.”
Y continúa narrando cómo “en un principio, todo estaba quieto, no había movimiento, sólo murmullos en la oscuridad. Sólo existían el cielo y el mar bajo él, no se veía la faz de la Tierra. Nada se movía, todo estaba resguardado, en reposo bajo el cielo. Lo que debía de haber, simplemente aún no estaba...”
Solamente estaban “el Creador, el Modelador, Gugumatz, la Serpiente Emplumada (Quetzalcoatl), y Huracán, el Corazón del Cielo (Tezcatlipoca), quien se acerca a Serpiente Emplumada, y entonces hablaron y unieron sus pensamientos. Todo se tornó claro, en la luz.Concibieron así la creación de la vida, de los seres humanos, de los árboles.
Y se preguntaron, ¿cómo se iniciará la siembra, el amanecer?, ¿quién será el proveedor, el que sustente?
Acordaron entonces
hacerlo de esta manera: “el agua deberá ser removida, vaciarse para la
formación de la plataforma y el plato de la Tierra, después vendrá la
siembra y el amanecer del Cielo-Tierra. Pero no habrá culminación ni
celebración de nuestro trabajo, nuestro diseño, hasta el surgimiento de
la obra humana, el diseño humano.
Y entonces la Tierra surgió, fue sólo su palabra la que la hizo aparecer. Para la formación de la Tierra, sólo dijeron “Tierra”,y como una nube, como la neblina, que se forma, se desenvuelve...
Así, las montañas fueron separadas del agua, y en ellas aparecieron los árboles.
La Serpiente Emplumada se complació y le dio las gracias al Corazón del Cielo por haberse presentado con la idea.
Así fue como crearon la Tierra, el Corazón del Cielo y el Corazón de la Tierra,como se llaman, pues fueron los primeros en pensar en ello. El cielo y la tierra fueron separados de en medio de las aguas primordiales.
Así fue su trabajo cuando lo concibieron, cuando lo pensaron.”
En el Popol-Vuh, como en todas las tradiciones mitológicas del mundo, los dioses creadores aparecen asimismo con otros nombres: Xmucané y Xpiyakok, manifestación de los aspectos femenino y masculino respectivamente, al igual que Alom y Kajolom y Hunahpu-Vuh y Hunahpu-Utiú, los cazadores, proveedores del sustento.
Después de crear las condiciones para la vida en la Tierra, el relato continúa:
“Y dijeron los Progenitores: -- ¿Sólo habrá silencio e inmovilidad bajo los árboles y los bejucos? Conviene que en lo sucesivo haya quien los guarde.
Así dijeron cuando meditaron y hablaron en seguida. Al punto fueron creados los animales, grandes y pequeños.
En seguida les repartieron sus moradas.
Y
estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les
fue dicho a los cuadrúpedos y pájaros por el Creador y el Formador y los
Progenitores:
-- Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno.
-- Decid, pues, vuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre.
¡Invocad, pues, a Huracán, el Corazón del Cielo, el Corazón de la
Tierra, el Creador, el Formador, los Progenitores; hablad, invocadnos,
adoradnos! -- les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo chillaban, cacareaban y gramaban.
No pudieron entender su lenguaje entre ellos mismos, nada pudieron conseguir y nada pudieron hacer.
Cuando el Creador y el Formador vieron que no era posible que hablaran, se dijeron entre sí : -- No ha sido posible que ellos digan nuestro nombre, el de nosotros, sus creadores y formadores. Esto no está bien...
Entonces se les dijo: --
Seréis cambiados porque no se ha conseguido que habléis. Hemos cambiado
de parecer: vuestro alimento, vuestra pastura, vuestra habitación y
vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y los bosques, porque
no se ha podido lograr que nos adoréis ni nos invoquéis.Todavía hay quienes nos adoren, haremos
otros [seres] que sean obedientes. Vosotros aceptad vuestro destino:
vuestras carnes serán trituradas. Así será. Esta será vuestra fortuna--. Así dijeron cuando hicieron saber su voluntad a los animales pequeños y grandes que hay sobre la faz de la tierra.
Luego
quisieron probar suerte nuevamente; quisieron hacer otra tentativa y
quisieron probar de nuevo a crear seres que los pudieran conocer.
Así, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de crear y formar al hombre por el Creador, el Formador y los Progenitores.
Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y alimenten --. Así dijeron.
Entonces fue la creación y la formación. De tierra, de lodo hicieron la carne [del hombre]. Pero vieron que no estaba bien, porque se deshacía, estaba blando, no tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía, estaba aguado, no movía la cabeza, la cara se le iba para un lado, tenía velada la vista, no podía ver hacia atrás. Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se pudo sostener.
Y dijeron el Creador y el Formador: -- Bien se ve que no podía andar ni multiplicarse. Que se haga una consulta acerca de esto, dijeron.
Entonces desbarataron y deshicieron su obra y su creación.
Y en seguida dijeron: -- ¿Cómo haremos para perfeccionar, para que
salgan bien nuestros adoradores, nuestros invocadores?--Así dijeron
cuando de nuevo consultaron entre sí.“
Y decidieron entonces recurrir a la adivinación.
“--Digámosles
a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utiú : ¡Probad suerte otra
vez! ¡Probad a hacer la creación! -- Así dijeron entre sí el Creador y
el Formador cuando hablaron a Ixpiyacoc e Ixmucané.
--
Dad a conocer vuestra naturaleza, Hunaphú-Vuch, Hunahpú-Utiú, dos veces
madre, dos veces padre, Nim-Ac, Nimá-Tziís, el Señor de la esmeralda,
el joyero, el escultor, el tallador, el Señor de los hermosos platos, el
Señor de la verde jícara, el maestro de la resina, el maestro
Toltecatl, la abuela del sol, la abuela del alba, que así seréis
llamados por nuestras obras y nuestras criaturas.
-- Echad la suerte con vuestros granos de maíz y de tzité. Hágase así y se sabrá y resultará si labraremos o tallaremos su boca y sus ojos en madera--. Así les fue dicho a los adivinos.
A continuación vino la adivinación, la echada de la suerte con el maíz y el tzité...
Entonces hablaron y dijeron la verdad : --Buenos saldrán vuestros
muñecos hechos de madera; hablarán y conversarán vuestros muñecos hechos
de madera sobre la faz de la tierra.
-- ¡Así sea!-- contestaron, cuando hablaron.
Y al instante fueron hechos los muñecos labrados en madera. Se parecían al hombre, hablaban como el hombre y poblaron la superficie de la Tierra.
Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo;pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas.
Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un intento de hacer hombres.
Estos fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz de la Tierra.
En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo, recibieron la muerte.
Una
inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio se
formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo.
No pensaban, no hablaban con su Creador, su Formador,
que los habían hecho, que los habían creado. Y por esta razón fueron
muertos, fueron anegados. Una resina abundante vino del cielo.
Y fueron castigados porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se obscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche.”
Y
estos hombres, que no supieron valorar ni mostrar gratitud por el
servicio que les brindaron los seres y los artefactos que estuvieron a
su disposición, fueron por ellos atacados.
Continúa el relato diciendo que: “Llegaron
entonces los animales pequeños, los animales grandes, y los palos y las
piedras les golpearon las caras. Y se pusieron todos a hablar; sus
tinajas, sus comales, sus platos, sus ollas, sus perros, sus piedras de
moler, todos se levantaron y les golpearon las caras.“
Reclamando de esta manera, los malos tratos de ellos recibido.
“Desesperados
corrían de un lado para otro; querían subirse sobre las casas y las
casas se caían y los arrojaban al suelo; querían subirse sobre los
árboles y los árboles los lanzaban a lo lejos; querían entrar a las
cavernas y las cavernas se cerraban ante ellos.
Así fue la ruina de los hombres que habían sido creados y formados, de los hombres hechos para ser destruidos y aniquilados: a todos les fueron destrozadas las bocas y las caras.
Y dicen que la descendencia de aquellos son los monos que existen ahora en los bosques.
Y
por esta razón el mono se parece al hombre, es la muestra de una
generación de hombres creados, de hombres formados que eran solamente
muñecos y hechos solamente de madera.”
En
el Popol Vuh, la narración continúa con las aventuras de los hermanos
gemelos, que consiste de varios eventos relacionados con el Maíz, la
planta sagrada, sus ciclos y su cultivo, así como la aparición del Sol,
la Luna y las estrellas. Los gemelos divinos son figuras que abundan en
los relatos míticos de diversas tradiciones culturales.
Después de estos eventos, cuando todo estaba listo para el surgimiento del ser humano, “dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llaman Tepeu y Gucumatz: "Ha
llegado el tiempo del amanecer, de que se termine la obra y que
aparezcan los que nos han de sustentar, y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la Tierra. Así dijeron.
Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad en la noche; luego
buscaron y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron. De esta manera
salieron a luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que debía entrar en la carne del hombre.
Poco faltaba para que el Sol, la Luna y las estrellas aparecieran sobre los Creadores y Formadores.
A continuación entraron en pláticas acerca
de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre. De maíz
amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron
los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en
la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados.
Se dice que ellos sólo fueron hechos y formados, no tuvieron madre, no tuvieron padre. Solamente
se les llamaba varones. No nacieron de mujer, ni fueron engendrados por
el Creador y el Formador, por los progenitores. Sólo por un prodigio, por obra de encantamiento fueron creados y formados por el Creador, el Formador, los Progenitores, Tepeu y Gucumatz.
Y
como tenían la apariencia de hombres, hombres fueron; hablaron,
conversaron, vieron y oyeron, anduvieron...eran hombres buenos y
hermosos...
Fueron
dotados de inteligencia; vieron y al punto se extendió su vista,
alcanzaron a ver, alcanzaron a conocer todo lo que hay en el mundo.
Cuando miraban, al instante veían a su alrededor y contemplaban en torno
a ellos la bóveda del cielo y la faz redonda de la tierra. Las cosas
ocultas [por la distancia] las veían todas, sin tener primero que
moverse; en seguida veían el mundo y asimismo desde el lugar donde
estaban lo veían.
Grande
era su sabiduría; su vista llegaba hasta los bosques, las rocas, los
lagos, los mares, las montañas y los valles. En verdad eran hombres
admirables...
Y cuando acabaron de ver cuanto había en el mundo. Luego dieron las gracias al Creador y al Formador : -- ¡En verdad os damos gracias dos y tres veces! Hemos sido creados, se
nos ha dado una boca y una cara, hablamos, oímos, pensamos y andamos;
sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que está
cerca. Vemos también lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra.
Os damos gracias, pues, por habernos creado, ¡oh Creador y
Formador!, por habernos dado el ser, ¡oh abuela nuestra! ¡Oh nuestro
abuelo!, dijeron dando las gracias por su creación y formación.
Acabaron
de conocerlo todo y examinaron los cuatro rincones y los cuatro puntos
de la bóveda del cielo y de la faz de la tierra.
Pero el Creador y el Formador no oyeron esto con gusto. – No está bien lo que dicen nuestras criaturas, nuestras obras; todo lo saben, lo grande y lo pequeño --dijeron. Y así celebraron consejo nuevamente los Progenitores : -- ¿Qué haremos ahora con ellos? ¡Que su vista sólo alcance a lo que está cerca, que sólo vean un poco de la faz de la tierra! No está bien lo que dicen. ¿Acaso no son por su naturaleza simples criaturas y hechuras [nuestras]?¿Han de ser ellos también dioses? ¿Y si no procrean y se multiplican cuando amanezca, cuando salga el sol? ¿Y si no se propagan? -- Así dijeron.
-- Refrenemos
un poco sus deseos, pues no está bien lo que vemos. ¿Por ventura se han
de igualar ellos a nosotros, sus autores, que podemos abarcar grandes
distancias, que lo sabemos y vemos todo?
Esto dijeron el Corazón del Cielo, Huracán, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, Ixpiyacoc, Ixmucané, el Creador y el Formador. Así hablaron y en seguida cambiaron la naturaleza de sus obras, de sus criaturas.
Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos.
Así fue destruida su sabiduría y todos los conocimientos de los cuatro hombres, origen y principio [de la raza quiché].
Así fueron creados y formados nuestros abuelos, nuestros padres, por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra.”
El
relato continúa con una larga historia de las migraciones y los
episodios que conforman la historia material y mitológica del pueblo
quiché, que incluye asimismo el momento en que finalmente salen el Sol,
la Luna y las estrellas, con lo cual concluye la obra de los dioses.
A
través de los eventos y los personajes, se dejaron asentados los
valores y las actitudes que son de relevancia para los mayas y que desde
la antigüedad rigen todas sus relaciones, entre los humanos, y entre
ellos y su entorno.
Un
análisis superficial de los textos arriba citados, resaltados en
negrillas, revelan, entre otras muchas cosas, que para los antiguos
mayas, como para los actuales, el pensamiento y la palabra tienen un
enorme poder creativo, y cualquier proceso de toma de decisiones habrá
de implicar el diálogo, el intercambio de ideas y el consenso, tal como
los dioses lo dejaron establecido en el principio de los tiempos.
También que el error es inherente a la acción, pues todos se equivocan,
aún los dioses, con lo que se reconocen la virtud y el valor detrás de
cada intento por mejorar, siendo éste la esencia del propósito creativo.
En cada intento por crear a los humanos, las lecciones de los errores
cometidos en el proceso fueron asimiladas, provocando la evolución. Para
culminar con la creación de los seres que logran reconocer lo que está
más allá de sí mismos, cuyo alimento es la sustancia misma de la que
están hechos, pero que corren el riesgo de perderse en la soberbia si
dejan de recordar que son sólo criaturas.
LA CREACIÓN EN LOS JEROGLIFOS Y LA ICONOGRAFÍA
Los
eventos de la Creación narrados en el Popol-Vuh, se encuentran
registrados en los textos jeroglíficos y en los relatos iconográficos de
la época clásica, en donde se elaboran los detalles de ese primer acto
de los dioses en que se separan el cielo y la tierra, y se establece el
“punto de fuga”, el centro cósmico, a partir del cual se divide el
universo en ocho divisiones y con eso se da origen al espacio y el
tiempo. Esas divisiones, como lo señala el Popol Vuh en la introducción,
se llevan a cabo con cuerdas, que simbólicamente vienen a actuar como los cordones
umbilicales que conectan las diversas dimensiones de la Creación, la Kuxam Sum, y al mismo tiempo, se trata de las cuerdas que todavía hoy en día se usan para medir y diseñar los espacios.
Según estos textos, el actor principal es Hun-Nal-Yeh, literalmente “Uno Maíz Revelado” y también Wakah Chan Ajaw, Señor del Sexto Cielo-Árbol Erguido“, el primer padre, el responsable del establecimiento del origen, el Centro.
Los textos señalan que este evento se llevó a cabo en un lugar llamadoCh´a-Chan Yax-Ox-Tunal “Cielo Acostado-Lugar Primero de las Tres Piedras”
El
establecimiento del "centro" y la colocación de la tres piedras del fogón
son eventos análogos, pues en cualquier construcción maya, en primera instancia se establece el "centro", el ombligo, también el lugar del fogón, el abuelo fuego que en
la tradición náhuatl se llama Xiuhtecuhtli y también Huehueteotl, por
ser el más anciano. Una vez que se consagra ese "centro", se procede con
todo lo demás, de igual forma en los campos de cultivo, una casa o un altar
ceremonial.
“Así como las piedras del fogón circundan el fuego y establecen el
centro de la casa, así las tres piedras de la Creación centraron el
cosmos y permitieron que el cielo fuese levantado del mar primordial”
(Maya Cosmos. Schele et al. 1993)
Recrear
esta acción de los dioses de fundar el centro y de levantar el árbol
cósmico, que originó las ocho divisiones del cosmos, fue un eje
alrededor del cual giró la vida ritual, la política, el arte, la
arquitectura y la planeación urbana.
De
esta manera, el lugar donde se erige el centro se convierte en el
portal de acceso al mundo de los dioses y los ancestros, pues a través
de él se levanta el árbol cósmico que conecta todas las dimensiones.
El grupo de templos llamado de las Cruces en Palenque es una
recreación de esos eventos, donde tanto en la distribución de las
estructuras, como en los textos jeroglíficos y las imágenes en los
tableros interiores, se narran los hechos de la Creación y se registra
que K´an Balam, gobernante hijo del famoso Pakal, los actúa nuevamente
en el mismo momento en que el Cielo dibujaba un mapa que aportaba la
ratificación de que así había ocurrido en "el principio de los tiempos".
Estos
eventos, levantar el cielo y marcar el Centro, según algunos
investigadores, se encuentran reflejados en los movimientos de la Vía
Láctea y un grupo de estrellas dentro de la constelación de
Orión.
Desde
la época preclásica, se encuentran en los sitios patrones distintivos
asociados a estos eventos, desde los modelos triádicos, a las ofrendas
así mismo dispuestas.
Un
ejemplo es un hallazgo “del 350 A.C. del sitio de Cival, en el Petén,
donde, en la fase más temprana de construcción, se halló una ofrenda
compuesta por una urna depositada en una excavación en la roca, en forma
de cruz k´an; en la parte central y más profunda, estaban dispuestas
cuatro hachas de jade, una en cada dirección más una en el centro, y
unas ollas fueron dispuestas en los cuatro brazos de la cruz; todo fue
cubierto por una capa de estuco y en el centro se hizo un orificio en el
que se colocó un poste que representaba el Árbol Cósmico” (Rice 2007).
Durante
la época clásica, la representación más abundante es tal vez la del
gobernante, él mismo, como Wakah Chan, como árbol cósmico y como
sustentador, en todos los sentidos.
A
través de los mensajes cifrados en el arte, ratificados en el
calendario y el ritual se confirmaba una cosmovisión que a su vez daba
legitimidad y poder a los gobernantes.
Hay
innumerables muestras de estas representaciones, las estelas son una
manera particular de la época clásica. El nombre jeroglífico de la
estela es precisamente te-tun “árbol de piedra”. En ellas, el gobernante se presentaba con los atributos que lo hacían semejante a los dioses.
De
los gobernantes era la responsabilidad de mantener el bienestar de su
pueblo, el equilibrio cósmico y la comunicación con los planos divinos y
los ancestros.
También
son abundantes los rituales asociados, como ejemplo sirva el que
realizaba la mujer de Yaxchilan, esposa de un gobernante, que con su
propia sangre alimentaba la cuerda que representaba la kuxam-sum, el cordón umbilical del linaje y del cosmos.
Entre
las muy variadas formas en que se representó el evento y el lugar de la
Creación, los antiguos mayas recurrieron a una manera
extraordinariamente poética y también precisa, tal como se halla en una
inscripción en la estela 1 de Cobá, en la península de Yucatán, y que
como los mitos de otras tradiciones, emplea símbolos para describir que
los hechos ahí registrados, pertenecen al tiempo de los dioses.
Normalmente,
el calendario llamado Cuenta Larga, mediante el cual se registraron los
eventos en la época clásica, funciona de acuerdo a la matemática maya
que es vigesimal. Sin embargo, en esta inscripción, los 20 ciclos
superiores aparecen cerrados en 13, con lo cual se aclara que los
eventos ahí descritos ocurren en illo-tempore, el tiempo de los
dioses, como sucede en prácticamente todos los mitos de Creación donde
en necesario hacer esa distinción entre el tiempo de los dioses y el
tiempo de los humanos.
El
numeral 13 no tiene ninguna función matemática, sino que con la
combinación del numeral 13 y de 20 se transmite la dimensión cósmica del
entramado del tiempo, donde el trece, que en maya se dice Oxlajun, significa también completitud, abundancia; se trata de una descripción de la eternidad, donde el tiempo ya no se mueve.
Al
día siguiente de este evento, la cuenta aparece en ceros y a partir de
entonces, empieza a correr en ciclos de 20, dando inicio al calendario
que regularía la vida de los hombres y que se basa en el winal 20, de winik que significa persona, pues son 20 los dedos que tiene el ser humano y que puede emplear para contar.
Es la cuenta que actualmente continúa y que no termina en 2012, pues está sólo por completarse el Baktun 13.
¿Cómo sabemos que este calendario no termina en el Baktun 13?
Como
lo afirma el rey Pakal de Palenque, en uno de los paneles de su templo
mortuorio conocido como el Templo de las Inscripciones, donde en un
pasaje grabado en escritura jeroglífica, asevera que después de 80
ciclos de 52 años desde la fecha de su ascensión al trono (615 DC)
habrán pasado ocho días después de la llegada del primer Piktun (en 4772
D.C.), con lo que no deja lugar a dudas de que el ciclo de Baktunes,
para completarse, ha de llegar a veinte.
En
ese mismo templo, en la lápida que cubrió el cuerpo de Pakal al morir,
quedó plasmado el concepto que los antiguos mayas tenían de la muerte,
asociado al ciclo del Maíz, que para nacer, la semilla ha de morir
primero.
Y
así, Pakal aparece ataviado como el Dios del Maíz, penetrando en las
fauces de la tierra, en posición fetal, con lo que anuncia su
renacimiento, mientras que su esencia “toma el camino” ox be´, la
voz del jeroglífico que describe esta transición, hacia el árbol
cósmico representado por la Vía Láctea que se halla detrás en posición
vertical.
La vasija de la ofrenda- incensario- de donde se levanta el Wakah Chan, se conoce también como Yax-Hal-Witz,
la montaña sagrada, la montaña de nuestro mantenimiento, donde el maíz
primero surgió. Esta imagen se representó asimismo de una diversidad de
maneras dentro y fuera del mundo maya.
Visualizar
esta escena como si se tratara de un astronauta en vuelo, en
realidad altera los contenidos y los significados que ahí quedaron
plasmados...
Estos
contenidos reflejan las preocupaciones y el entender
de los antiguos mayas, no han de verse obliterados por las falsas ideas de
quienes desconociendo el universo del pensamiento maya, buscan imponer
sus propias interpretaciones infundadas, inventando calendarios, profecías y
creencias que atentan contra el legado mismo de los mayas.
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